Una lección invaluable
Mi jefe, el director de un pequeño hospital, me narró una historia de la época en la cual todavía era un auxiliar de laboratorio. A Dan (lo llamaremos así) se le olvidó revisar un mecanismo en el equipo que utilizaba para trabajar, a causa de ello sucedió una falla y éste se descompuso, se necesitaba una reparación que costaba 250 mil dólares. Al día siguiente, el jefe lo llamó y Dan estaba seguro de que lo iba a despedir. Sin embargo, el jefe únicamente le preguntó por qué no había hecho la revisión necesaria, se aseguró de que Dan comprendiera toda la situación y lo mandó de vuelta a trabajar. Dan, sorprendido, no pudo evitar preguntarle por qué no lo despedía; su jefe le respondió: “Acabo de gastar 250 mil dólares en darte una lección que nunca olvidarás. ¿Por qué despedirte ahora?“
Esta historia tocó algo en mí. No hay necesidad de tomar decisiones profesionales basadas en impulsos emocionales. Recuerda siempre cuál es tu objetivo principal cuando trabajas con alguien, y cuál es el problema específico que estás tratando de resolver. Todos cometen errores. La paz y la comprensión te ayudarán a ganar respeto.
todo el mundo comete erroes pero se recompensan con algo
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