Queridos padres:
Les
escribo aquí, desde estas cuatro paredes blancas, desde esta sucia celda
donde estoy pagando el precio de mi debilidad.
¿Saben… pensaba
porqué… porqué llegar a este extremo, porqué robar, porqué matar? Solo para
conseguir mí maldito veneno, esas malditas drogas que me están matando y que
no las puedo dejar.
Quisiera pedirles
perdón… ¿pero porqué pedirles perdón? ¡Por favor! ¿Cómo quieren que yo les pida
perdón a ustedes? A ustedes que jamás tuvieron tiempo para verme, tiempo
para abrazarme, tiempo para preguntarme si estaba bien… no se… ¡Para decirme
que me querían!, si por lo contrario, lo único que hicieron ustedes conmigo;
fue golpearme, fue maltratarme… gracias a ustedes estoy aquí, gracias a su
falta de amor, de cariño… estoy aquí siendo un maldito delincuente, un maldito
asesino.
¿Y aun así quieren
que les pida perdón?… yo no les voy a pedir perdón… y a ti menos que a nadie
papá… a ti papá que me ves aquí encerrado y me llamas cobarde. Te paras
enfrente de mi, ¿y que me dices? .- ¡Yo!, ¡Que me sobe el lomo trabajando
por ti!, yo que te compre todo lo que tu querías, ¡Te lo di todo y mira! ¿Como
me pagas?, ¡Eres un mal hijo… eres un cobarde! ¡Me avergüenza ser tu
padre! ¡Ojala y te quedes aquí encerrado para siempre!
Pero, que cínico eres
papá… de verdad, que cínico eres. ¿Tú me llamas cobarde a mi?… por favor… ¡Tú!
, tú que pocas veces te ví, siempre estabas borracho, siempre embriagándote en
una maldita cantina. Ahí encerrado embruteciéndote con alcohol, como si te
doliera la vida, bebías hasta que ya no podías mas te divertías con mujeres,
gastándote en ellas el poco dinero que nos hacia falta para vivir, y
ahora vienes aquí para llamarme cobarde. Dime papá aparte de tu
cochino dinero, ¿Qué nos diste?
Por necesidad y tu dinero
nos hiciste vivir con miedo día con día con mucho miedo, con mucha
angustia, con la angustia de verte llegar borracho con el
miedo de no saber si ibas a llegar a golpearnos o no… ¡Siempre tomabas
papá!… y no me digas que no te acuerdas, por favor… siempre llegabas a los dos
o tres de la mañana y venias tan borracho que ni te podías mantener de
pie. ¿Te acuerdas?
¡Ah, pero eso sí! El
señor llegaba aventando todo, gritando y diciendo – ¿Qué… en esta maldita
casa no hay nadie que me atienda? ¿Para eso trabajo todo el día?
¡Para que ni el Perro me salga a recibir? ¡Maldita sea!, ¡Quiero
verlos a todos aquí y ahorita!. Y yo papá, te juro que te escuchaba llorar y
comenzaba a temblar y a llorar, me dabas miedo papá, me provocaba terror escuchar
tu voz, te juro que, que hasta me escondía debajo de mi cama para que no
me vieras, para que no me fueras a pegar…
Pero eso no servia de
nada, ¡No!. Me acuerdo que llagabas enfurecido a la recamara y aventabas
todo… me acuerdo que veías dormida a mamá y sin piedad la tomabas
de los cabellos y la comenzabas a jalonear, la comenzabas a golpear… Recuerdo
que mi madre espantada, te suplicaba y te decía. –Mi amor ya no me pegues, por
favor, ya no me grites, los niños están durmiendo los vas a espantar,
¡Vámonos a dormir!… ¿pero no verdad?, ¡No!… ¿Cómo al macho de la casa le
iban a decir lo que tenia que hacer?… ¡No!…
Me acuerdo que en
lugar de hacerle caso y aceptar que estabas mal, ¿Sabes que hacías papá?… la
golpeas con mas furia, con mas rabia, le gritabas: -¡Tú, mujer!, ¡Tú…en esta
casa no eres nadie! ¡Aquí estas de arrimada, de mantenida! ¡Yo te doy de tragar
a ti y a tus hijos! ¿Y sabes que? A mi casa llego a la hora que
quiera… y como quiera llegar, por eso mando aquí, por eso la mantengo.
Y me acuerdo papá,
que mientras tu la seguías golpeando, yo estaba viendo, y te juro que… me
llenaba de rabia de furia y quería en ese momento tener le fuerza y el
valor para enfrentarte, de golpearte y de matarte.
Pero tenia ocho años
papá… ¿Qué podía hacer contra ti? Y aun así me armaba de valor y corría a
abrazarla para protegerla con mi cuerpo, para que me golpearas a mi y no
a ella.
Pero… ¡Sabes que?…
créeme tus golpes no me dolían… deberás que no, lo que me dolía… era
saber que la persona que mas quería, que mas respetaba y que mas admiraba… ¡Que
mi propia padre!, nos estaba matando, eso me dolía… me dolía saber que tu
no sabia pedir perdón.
Al día siguiente, ni
siquiera te disculpabas con nosotros, nada mas sacabas tu cartera y nos decías,
– Tengan cómprense lo que quieran- , guardabas silencio y te marchabas
nuevamente.
¡Que pena papá!… ¿Tú
creías que con tu dinero comprabas respeto y cariño?, recuerda que en
lugar de darnos amor… nos diste dinero.
Lo único que
compraste fue lastima papá… ¡Me das Lastima!… ¡nos dabas lastima!… tu no eras
hombre, eras un simple macho cobarde y egoísta, que solamente te sentías hombre
cuando le pegabas a tu mujer y a tus hijos sabiendo que no podían defenderse…
¡Que cobarde eres papá!.
¿Qué te costaba dejar
de tomar?… por nosotros papá… ¿Qué te costaba jugar conmigo?… y ahora dime…
¿Quién fue mas cobarde de los dos?, ¿Yo por salir a buscara en la calle todo lo
que tu no me diste o tu que jamás me lo diste?… ¿Y sabes ahora viejo?…
¡Ya no te necesito mas!, ¡Ya no necesito de ti!… ¡Lárgate de mi vida!… Lárgate…
ya no te quiero ver papá.
¿Por que me trataron
así?… ¿Por qué?… si yo lo único que pedía era, era un poco de amor… de cariño…
de comprensión… ¡Que me quisieran! ¿Y a cambio que me dieron?… siempre a diario, verlos pelearse por el maldito dinero… ¿Qué de veras no
se daban cuenta?… no se daban cuenta que con sus peleas, lo único que hacían
era quitarme las ilusiones de vivir…
¡Yo, ya no quiero vivir! ¡Todas las noches le suplico a dios que me quite
la vida!… le reprocho y le digo, ¿Por qué Dios mió?, ¡Por qué? … por qué si tu
sabias que mis padres no me querían, ¿Por qué permitiste que naciera?, si
sabias que les iba a estorbar, ¡Para que permitiste que naciera!, que no era
mas fácil que mi madre embarazada se
deshiciera de mi, ¿Por qué me trataron así?
Y tú mamá… ya deja de llorar, creo que es lo único que has sabido
hacer todo tu vida; llorar, ¿quieres
que se compadezcan de ti?… que te digan -Pobrecita mujer tanto que sufrió por sus hijos, tanto que se
preocupo, tanto que se desvelo por ellos y mira como le
pagan.- ¿Quieres compasión mamá? No te preocupes… ¡la gente ya
te esta compadeciendo!.
Pero déjame decirte algo mamá… que
hipócrita eres mamá… de verdad que hipócritas eres…
¿Cuánto tuviste tiempo para darnos un beso? ¿Cuándo tuviste tiempo para
abrazarnos?, ¿Para decirnos, te quiero?, siempre te escuche quejándote, era lo
único que sabias hacer, quejarte, pero sabes… también por ti estoy encerrado
aquí, por ti… por ti… por tu maldita cobardía.
Tú le soportaste todo a mi papá; que te golpeara, que te humillara, que
te engañara con otras mujeres, que
golpeara a tus hijos delante de ti… y jamás dijiste nada, jamás nos defendiste
Pero yo me pregunto, ¿De que sirvió que siguieras
con mi padre? ¿Para qué? Si siempre estabas hablando mal de el, siempre te
escuche hablando mal de mi padre… siempre…
-Tu padre no nos quiere- , eso me decías –es un irresponsable, es un bueno
para nada.- ¿Para que atormentarme con lo que yo ya sabía?, pero cuando papa
llegaba con dinero y te compraba cosas… ¿Por qué no lo decías? “Yo no quiero dinero de un irresponsable, yo no quiero dinero de un bueno para nada”, ¿por que no se lo decías? Pero
cuando el no estaba decías, Tu padre es un desgraciado me golpea.
¿Pero sabes que se te olvido mamá? Mi papá también tenia corazón… que
sentía que en las tardes que llegaba
cansado del trabajo, que en lugar de recibirlo con un beso y preguntarle por su día de trabajo, ¿Qué hacías tu mama?, solo lo que hacías
era reprocharle, gritarle y insultarlo, le
decías; -Mírame parezco sirvienta por tu culpa, mira que trapos
traigo encima que porquería son, ¿Qué no puedes trabajar mas?
Mi padre para no escucharte mejor se iba a la cantina para emborracharse. Me mandaban a la escuela pero nada mas era para deshacerse de mí, ¿Se acuerdan como
me decían? Me decían: ¡Ya lárgate! ¡Vete a
la maldita escuela! Allá que te aguanten los
maestros por eso les pagamos.
Yo si iba mamá, pero al propósito no
entraba y reprobaba todas las materias,
me iba de pinta, insultaba a los maestros y no era por que no me interesaba a mi la escuela ¡A mi me gustaba
la escuela!, solo lo hacia para desquitarme, les trataba de decir…. Mírenme …
¡Existo!.
Luego perdí el interés de la escuela y comencé a juntarme con mis amigos los borrachos y drogadictos.
Entonces empecé con las drogas. Primero
me regalaban mis “cuates” algunos toques de marihuana, coca, tachas y pastillas, después me dijeron que ya
no me las podían regalar.
Para conseguir las malditas drogas teníamos que robar, golpear a la gente y
asaltar. Mis amigas unas niñas de 13 años tenían que venderse en la calle para
poder comprarla. Cuando conseguíamos un poco de dinero nos drogábamos con “flexo” y thinner.
Pero aun sabiendo todo eso… ¡Ni así lo podíamos dejar! … era un infierno en
vida.
Hasta que llego ese día, Dios sabe que no quería que fuera así.
Recuerdo que estaba sentado en la banqueta, yo estaba desesperado por que
en todo el día no había conseguido
nada, me sentía frenético sentía que me estaba muriendo.
Un hombre de traje se me acercaba
caminado sobre la banqueta, al pasar
junto a mi, ni siquiera lo pensé, me fui atrás de el y saque mi navaja, me fui
contra el amenazándolo, le pedí el dinero y rápidamente tomo su cartera, saco el dinero y me lo aventó a la
cara. Con miedo en su voz me dijo- “Ten… yo si quiero a mi hijos… yo no tengo
la culpa que a ti nadie te halla querido, ten”
No me hubiera dicho eso… lo tome del cabello y le enterré mi navaja e la espalda, una y
otra vez haciéndolo con tanta furia por haberme recordad que ustedes no me
querían.
¡Me recordó que ustedes no me querían… por es o lo mate!… ¡Por que ustedes
no me querían!, luego quise correr… pero ya no pude mas.
Después me detuvieron, me golpearon, me torturaron y me encerraron aquí.
Mas tarde los llamaron para que se enteraran de mi situación, y ustedes ni
siquiera me dejaron hablar, solo escuche sus reproches, insultos,
recalamos y sus maldiciones.
Mi situación legal es complicada, se que será un proceso difícil y
seguramente me condenaran por muchos años. Me arrepiento por ustedes y por
mí….tengo mucho miedo.
¡Dios mió! Si en verdad existes, dime;
¿Por qué tenemos que pagar nosotros por los errores de los padres? ¿Por qué nosotros?, si nosotros no pedimos venir al
mundo, ¡no pedimos nacer! ¿Por qué nos trataron así?… papá… mamá… yo los quiero
mucho… en verdad ¡los amo!, pero ya no puedo mas, ya no quiero que me sigan maltratando ya no quiero que me sigan golpeando ya no…. Los amo y en donde
quieran que estén los voy a seguir amando… pero ya no aguanto más.
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